El blog de ahediaz

miércoles, 22 de junio de 2011

Ya puedes heredar tu blog, tu perfil de Facebook y hasta tus 'tuits'

Cuando Jeremy Toeman creó Legacy Locker, un servicio en línea que administra los bienes digitales de una persona una vez que muere, su concepto fue aclamado como una innovación brillante que se convertiría en una historia de éxito de la noche a la mañana.

No fue el único con esa idea. Otros innovadores tecnológicos lanzaron sus propios negocios para atender a un mercado potencialmente amplio de usuarios de internet que quizás querrían heredar sus cuentas de correo electrónico, sus identidades en redes sociales, blogs y otras páginas web una vez que fallecieran.

El nuevo negocio generó de inmediato conmoción mediática por el concepto de la vida digital después de la muerte, sobre todo por los casos de batallas legales, en que alguien ha intentado acceder a los materiales en línea olvidados.

Lejos de lidiar con una ola de clientes, la adaptación de estos servicios ha sido más lenta de lo esperado, pues estos sitios web después de la muerte han visto la llegada de miles de usuarios, no de millones.

“Por mucho que me dicen que soy un genio por haber creado esto, creo que si lo fuera tendría millones y millones de clientes, pero no es así”, dice Toeman subrayando que el negocio sigue siendo bueno.

En Entrustet, otro sitio web que permite a los clientes dejar una albacea digital para supervisar la transferencia y cierre de las cuentas del difunto, el negocio también crece de forma sana pero modesta.

Los fundadores, Nathan Lustig y Jesse Davis, dicen que las cosas marchan bien, con cerca de 3,000 usuarios (ninguno ha muerto aún) inscritos a su servicio desde el lanzamiento en abril pasado.

Sin leyes muy estrictas en torno a lo que ocurra con nuestra presencia en línea una vez que morimos, sería prudente y lógico suscribirse a un servicio digital para después de la muerte.

El fracaso por implementar un plan en línea para después de la muerte puede significar que elementos valiosos, como una dirección en internet, fotografías queridas e incluso el acceso a cuentas de banco en línea podrían perderse, dicen los expertos.

Entonces, ¿por qué la gente no se está suscribiendo?

Wendy Moncur, tecnóloga computacional y experta en comportamiento humano en la Universidad de Aberdon, que ha investigado el concepto de la vida después de la muerte digital, dice que un factor es la edad.

Estadísticamente hablando, la mayoría de los usuarios de la web sigue estando lejos de la puerta de la muerte así que no están pensando en su legado en línea, advierte.

Pero también hay un factor psicológico.

"A nadie le gusta enfrentar la idea de su muerte en la mejor etapa de sus vidas”, añade la especialista.

Los fundadores de de Entrustet y Legacy Locker coinciden en que sus clientes potenciales necesitan superar una barrera mental antes de tomar esa decisión.

“Estoy muy feliz con nuestro progreso, pero si la psicología humana nos dice algo, es que la gente no quiere enfrentar o tomar decisiones sobre su muerte a menos que sea necesario”, analiza Toeman.

Al igual que Toeman, Lusting confía en que habrá un cambio de actitud que se manifestará con ganancias rentables (bromea diciendo que el lema de su compañía es que 'todos usan internet, y todos mueren').

“La gente necesita tomar el paso mental de considerar las cuentas en línea que usan todo el día como activos digitales reales”, señala.

“Desconozco la velocidad o el tiempo que tomará para que ocurra ese cambio, pero todos lo veremos ocurrir”.

Moncur también cree que la incertidumbre de un mercado naciente podría desalentar a muchos, pues se necesita cierta regulación para eliminar operadores fantasma, hacer que las compañías dejen de quebrar antes de que sus clientes mueran y regular lo que puede ser reclamado de los activos del difunto

“Todos tienen algo que no quieren que sepa la gente”, dice. “Cuando estaba en papel, podían ocultarlo en algún lugar, pero en línea eso es más difícil, y una vez que una persona muere, todos sus secretos podrían quedar expuestos, cuando ellos habrían preferido que esa información quedara oculta”.

“Estos no son problemas francos, por lo que debe hacerse cierta investigación”.

Toeman está de acuerdo con la idea de la regulación, pues dice que también podría ayudar a eliminar los problemas actuales ocasionados por operadores en línea que insisten en que todos los activos digitales se vuelvan propiedad suya cuando llegue la muerte.

“Creemos fuertemente que no está bien ofrecer un servicio que usen millones de personas y decidir que los términos de dicho servicio caducan al momento de su muerte porque el contenido creado tiene un valor después de la muerte”, comentó.

“Creo que las compañías harán lo correcto cuando llegue el momento. Creo que ya lo han pensado”.

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